jueves, 27 de marzo de 2014

El padre Montes (perfil)

Autor: Ernesto Tobón Benjumea (Rionegro, 1964)

Transcripción y edición: Luis Fernando Arredondo Gómez

 
 
     [Este es un interesante compendio de anécdotas sobre el cura Lázaro Montes, que revela parte de la idiosincrasia de los habitantes de Granada (Antioquia).] 
 


Cura Lázaro Montes (Periódico Granada, 1940)


     «Siempre hemos considerado la Historia como un calidoscopio perfecto. Si le damos vueltas, tendremos mil paisajes distintos y todos hermosos y completos; brillantes y dicientes. Hoy le dimos un pequeño impulso al tubo milagroso y apareció una estampa que sonríe bonachonamente. Pero no hay que hacerse ilusiones. Lo más probable es que ríe de nosotros. Nuestro personaje inolvidable de hoy es el Pbro. [1] Lázaro Montes, un duplicado estupendo - espiritual y corporal- de un conocido personaje de leyenda.
 
  
     De grandes zapatos y grandes zancadas. Bajito de cuerpo y tirando a rechoncho. En su hable tenía muy pronunciado el acento de alguna región del departamento [A]. Con él se adentraba más fácil a una conversación de negocios que a una plática religiosa. Muchas veces, y con la más endiablada de sus sonrisas, terminó una conferencia con esta sentencia demoledora y mordaz:
 

     "El mejor negocio que hay aquí es que crean a uno bobo."
 
 
     Era buen jinete y gran veterano de los caminos pantanosos de las veredas. Su proceder francote y campechano le abría todas las puertas y era bien ido a todas partes. Bromeaba con todos, pero !ay! del cliente que tuviese un flanco vulnerable; el padre Montes no callaba y nadie le hacía perder la ocasión de un pequeño desquite, pues bien sabía él que detrás de sí iba dejando a su costa una estela de chistes flojos y no siempre cristianos. Fue marrullero y filósofo profundo; inteligente, refranero y testarudo. Luchó por su vida sin grandes afanes y cuando se fue del mundo no quedó debiendo.
 
 
 
"El Glotón"



      Al llegar a una casa de campo, así fuera él o no en función de su ministerio, lo primero que hacía era encargar para pronto uno de sus manjares favoritos: leche o chocolate bien acompañado; natilla si era en diciembre y hasta un pollo según el cliente. Donde ya lo habían recibido una vez, a la segunda no se hacían esperar y el padre Montes era atendido con presteza y buena voluntad.


      "
Curita celoso y activo, mas sin mayor discernimiento", dice García Ortiz [2] en una de sus maravillosas conferencias. Pero cuando recuerda el concepto del padre Montes sobre los liberales de Rionegro, dice el conferencista que ese apóstrofe histórico será inmortal.
 

     Otro autor dice: "Las expresiones gráficas del padre Montes han llegado a ser la admiración de todos por la filosofía que encierran. Dentro de su bonhomía [3] se revela en veces como profundo sicólogo, que retrata con perfección el estado de nuestra vida; es célebre autor de la frase: "Para conservadores los liberales de Rionegro" y otras que a diario se repiten en tertulias y corrillos como muestra clásica de la crítica fina y corrosiva del moderno Sancho Panza."
 
 
     Imposible reconstruir hoy todas las anécdotas tejidas alrededor de la vida pintoresca del padre Montes. Para evitar el peligro de poner una carta de más en el juego limpio de su historial, solamente traemos a la cuenta unos pocos apuntes que en su hora fueron oportunos y que no dejan la menor duda de su autenticidad.
 



Rionegro (Antioquia). De Wikipedia.org

 
     De todos sus decires, el que más honor y fama le dio al padre Montes, fue aquel en que su fantasía lo enfrentó a los liberales de Rionegro. Una vez el superior Jerárquico lo envió a dirigir una parroquia de tercera categoría en una población que, entre varias condiciones de menor cuantía tenía la muy protuberante y apreciada de dar, cuando era el caso, un número crecido y homogéneo de electores, ubicados casi todos, por no decir en su totalidad, en el partido conservador. [4]
 
 
     Poquita cosa encontró el padre Montes para administrar en aquel lugar. Ni la Iglesia en lo espiritual, ni su templo en lo material, daban señales de vida. El coro tambaleaba y parecía que iba a desarmarse; los muros manchados y agrietados peligrosamente; el techo estrellado de goteras; y por fuera las malezas invasoras ya se prendían a los muros. En sus arcones apenas habría ornamentos para media misa sin apelar a los ya desechados por la aplanchadora.
 
 
     El buen padre empezó sus prédicas invocando la generosidad de los vecinos para rehacer el pequeño templo; varias veces se repitió el llamado angustioso de socorro apelando a las creencias religiosas y políticas del pueblo; pero nada; todos se hacían los sordos y el dinero no llegaba; hasta que un día, con la desesperanza en el alma, el padre Montes subió al púlpito y entre paciente y dolorido, les arrojó a la cara este apotegma que lo hizo famoso:

   
   "Ustedes dicen que son conservadores, pero están muy equivocados. Para conservadores los liberales de Rionegro."
 


 
     En su vasta [5] feligresía [6] tenía el padre Montes unos amigotes con quienes, de vez en cuando, se cruzaban verdades como hojas de pringamosa, [7] pero que en ningún caso lastimaban la amistad. Un día, uno de esos amigotes, don José, tan sin pena y tan fresco como él, después de varios pases le clavó esta banderilla:
 
 
Oiga, Padre; y a vusté [8] con ese empaque ?cómo hicieron para ordenarlo?
!Ah!, contestó el buen Cura; a mí me ordenaron en tiempo de descasez [9].
 
 
     Entre los sacerdotes que servían la parroquia, si el padre Montes no era el más joven, sí era el más esforzado y aguantador de calamidades. Noches oscuras y lluviosas; barrizales y zanjones traidores, todo se hizo familiar y corriente en la vida del laborioso Pastor. Sin embargo había días en que el trabajo era tan intenso y se sucedían con tanta frecuencia los viajes al campo a confesar enfermos, que la paciencia de nuestro amigo el cura estuvo a punto de estallar. Así fue como una vez, al dar cuenta al superior del trabajo del día, subrayó su informe con esta exclamación tan llena de amargura como de un profundo sentido económico:
  
 
"Las confesiones son muchas, pero los muertos no aparecen."


 


 
 
     En las vísperas y primeros viernes de cada mes, o en otras fiestas de la Iglesia en que era mayor la afluencia de confesantes, como todos sus compañeros, el padre Montes tenía su confesionario especial y los feligreses, amontonados allí esperando su turno para la confesión y aún los que pasaban de largo por la Iglesia en otros menesteres, quieras o no, debían oír entre confesor y penitente, unos diálogos que apenas sí debían ser oídos por los dos interesados; pero el padre Montes, de conciencia holgada y quizá de no muy fino oído, hacía, con voz perfectamente audible, unas preguntas y repreguntas que, de ocurrir en otro lugar, habría sido de alquilar balcones. En todo caso, el piadoso auditorio que rodeaba todo lo ancho de la nave, aquel confesionario parlante, muy a su pesar, se enteraba de las vidas ajenas.

  
     Un colega del padre Montes, buen componedor de desaciertos y con la buena intención de evitar en lo posible las audiencias del confesor, de la manera más discreta le llamó la atención aconsejándole una mayor moderación y un tono más bajo en sus admoniciones del confesionario. Pero nuestro Levita [10] no sabía de tonos menores cuando defendía sus puntos de vista y fue así como contestó en un tono tan alto que lo pudieron oír los viejitos del atrio:
  
 
     "Es que el padre Martínez se lleva todas las muchachas bonitas y a mi me deja las viejas sordas..."
 
  
     El padre Montes fue, sin abusar en ello, un gran aficionado a la compra y venta de propiedad raíz; y a fe que lo hizo con buen éxito; ya por la calidad de la finca o bien por la oportunidad del negocio. Una de sus compras en la ciudad de Rionegro fue la casa colonial que en la primera mitad del mil ochocientos perteneció a la familia de don Luis Lorenzana Ferreira y cuyos linderos, cien años atrás, eran los siguientes:

 


     Por el sur con la calle de la "Convención" y por el occidente con la carrera "Santander"; por el oriente, con la casa donde fue asesinado el abuelo del Gral.[11] Uribe Uribe, don Heraclio Uribe Echeverri; y por el norte, Quebradita de por medio, con habitación  predio de las señoras Pasos, hijas de una prima hermana del Gral. Córdova; y por el mismo costado norte, hacia el oriente, con propiedad de don Joaquín Cornelio Cano [12], ascendiente de una empenachada estirpe de nobles periodistas.
 
 
     La histórica residencia de la familia Lorenzana [13] fue vendida a pedazos por el padre Montes; cuando vendió la última parcela, la que fue su propia habitación, ya había tomado posesión de su último refugio como Capellán de una comunidad de religiosas [14].
 
  
     Así acabó sus días este bizarro [15] calificador de los liberales de Rionegro
 
 
 
     [Texto transcrito del libro "Crónicas de Rionegro", escrito por Ernesto Tobón Benjumea. Primera edición del año 1964. Reeditado en el año 2011 y publicado dentro de la Colección Bicentenario de Antioquia, Memorias y Horizontes. Gobernación de Antioquia. Páginas 317 a 321. La presente versión incluye notas aclaratorias y apartes destacados por el editor, a través de negrillas, etc. ]
 
 
 

Comentario del editor y anécdota sobre Jesús María Buitrago
 

     El conocimiento sobre la existencia y las peculiaridades del padre Lázaro Montes me lo brindó don José Roberto Giraldo Salazar (Roberto Zoco), en alguna de nuestras conversaciones, quien como buen cultor de la historia oral de su pueblo, porque la vive y la "revive", "dramatizó" para mí algunas de las anécdotas del curita. Entre esas "instantáneas", don Zoco equivocadamente atribuyó al padre Montes una que hizo parte de las peculiaridades del cura Jesús María Buitrago, como bien lo contó Juan Botero Restrepo:


«La otra anécdota tuvo lugar durante una comida servida en honor del Prelado [Arzobispo de Medellín, Manuel José Caycedo], en la cual el padre Buitrago estaba al lado de él en la mesa. En un momento determinado, Monseñor Caycedo, pasándole una bandeja de ensalada, en la que abundaban las lechugas, le preguntó si no deseaba tomar algunas.
El Padre le contestó que no gustaba de ello. El Prelado le replicó que ello se debía quizás a que no había sido hecha la miel para la boca del asno. "La miel no, Ilustrísimo Señor, pero las yerbas sí", replicó rotúndamente el sencillo levita.» (Botero Restrepo, Juan. Biografía de Salazar y Herrera. Centro de Historia de Sonsón.1971. Tomo 1, página 43).



Arzobispo Manuel José Caycedo

     Jesús María Buitrago, murió el 18 de abril de 1913, cuando se desempeñaba como capellán de Nuestra Señora de la Valvanera, en el municipio de Sonsón.
 
 
 
 

Notas


[A] Granada (Antioquia).

[1] Cura o sacerdote.

[2] Laureano García Ortíz. Historiador, periodista  y escritor liberal nacido en Rionegro (1865-1945). Seudónimo: Nieman.

[3] Candidez, credulidad, sencillez, sin malicia ni doblez.

[4] Con base en la Monografía de Granada, escrita por Juan Francisco Duque Yepes en 1968, la parroquía de "tercera categoría" a la que se refiere el autor, podría haber sido la de San Luis o la de Granada, donde también sirvió.

[5] Grande, abundante, dilatada.

[6] Entre líneas, el autor pareciera referirse a una "Basta (grosera, rústica, tosca, sin pulimiento) feligresía."

[7] Negrilla del autor.

[8] "Vulgarismo utilizado en lugar de usted."(Nota del autor).

[9] "Vulgarismo utilizado en lugar de escasez" (Nota del autor).

[10] Cura o sacerdote.

[11] General, grado militar.

[12] Casado con María de los Angeles Gutiérrez, padres de Fidel Cano Gutiérrez, fundador del periódico liberal "El Espectador" y patriarca de una famosa familia de periodistas colombianos.

[13] Posiblemente descendientes del gobernador español Cayetano Buelta Lorenzana, quien presidió la Provincia de Antioquia a finales del período colonial.

[14] Radicada en Girardota, según Duque Yepes en su monografía.

[15] Valiente, generoso, esplendoroso, gallardo.

martes, 3 de diciembre de 2013

Despedida en una escuela campesina (discurso)


Autor: Roberto Zoco

Edición y Presentación: Luis Fernando Arredondo Gómez


Don Zoco (derecha) en su grado de bachiller (1973)

 

Presentación

     El siguiente texto fue escrito por don Zoco en 1973, hace exactamente 40 años, cuando obtuvo su titulo de bachiller. Luego de la digitalización de su contenido, a partir de una fotocopia del original, entiendo que don Roberto, en sus mejores momentos, escribe sin corregir sus textos, obedeciendo al impulso que proviene de su necesidad de expresión.

     Pienso que de esta clase de génesis surgen muchas buenas obras, pues son las que no buscan inspiración husmeando periódicos, mirando noticieros y siguiendo agendas, sino que son algo así como erupciones de lava, como volcanes que se activan cuando la masa del sentimiento ardiente, cocido en un subterráneo vientre, produce estos frutos viscerales. Son como la digestión de nuestros animales domesticados: que de hierba, de lombriz y de desechos, también de sol, lluvia y aire puro, producen huevos, leche, tocino... pero también estiércol, como es apenas natural.

     En este caso el producto, el discurso que sigue, es alimenticio para el entendimiento: contiene sabiduría, autenticidad, interesantes reflexiones y muchas verdades con plena vigencia. Le recomendamos su lectura  a todos los jóvenes de Granada.

     Salvo cierto desprendimiento insistente por el estudio, cierto deseo de abandonar la formación académica y de mirar como poco los frutos y los galardones que ella brinda,  lo cual es equivocado e inaceptable en la actualidad, el valor del texto radica en rememorar y revivir la despedida que la mayoría de los granadinos dan a su pueblo, cuando terminan sus estudios en el colegio o una vez llegan a la adolecencia. El destino -el futuro- para ellos es ese barco que zarpa y que los lleva a tantos lugares del país y del mundo, como en una diáspora infinita que separa físicamente a las familias, pero las une en recuerdos, vivencias, historia y origen.


     Es muy positivo el valor supremo que le dio Roberto a la ética en su discurso, antes que como una disciplina, como una actitud permanente que debe determinar la conducta. También su alusión a que no podemos permanecer indiferentes, como islas, ante los problemas que asolan al mundo y a la humanidad. Sin embargo, en lo que respecta a la inmutabilidad del carácter, ese aferramiento equivocado a convicciones o creencias cuya injusticia o inutilidad culmina demostrada por el tiempo, su postura es la propia de una formación religiosa. Es pretender que la vida y nosotros mismos permanezcamos invariables, como si fueramos libros viejos.

    
Plaza de Granada (1961 aprox.) [Fotos casa de la cultura.]
 

      Ha cambiado mucho la realidad social en la que escribió don Roberto su discurso, según colegimos de nuestra conversación con él, porque parece que en los años '70 los muchachos le "robaban" horas a sus responsabilidades en el campo para poder estudiar, mientras la mayoría de los niños hoy estudian para huirle al ocio y a la vida campesina.
 
 
     Subestimada es la cultura rural, también ridiculizada y mal remunerada desde todos los estamentos políticos y sociales. Aún por los pequeños "empresarios", comerciantes, "caciques clientelistas" y clase dirigente local. Muchas veces los peores enemigos del campesinado están apoltronados -fosilizados, hechos paisaje-  en oficinas públicas y colegios que, teóricamente, existen para defenderlos o rescatarlos de los atropellos y las torpezas propios y extraños.
 
 
     En mi labor editorial fue preciso modificar pequeños tramos del texto, con el fin de facilitar su lectura. Sin embargo, traté siempre de mantener el espíritu y el sentido del discurso en esas pocas modificaciones.
 

Título original: Discurso de Grado (1973)

Autor: José Roberto Giraldo Salazar

Editor: Luis Fernando Arredondo Gómez

 
Granada, años '70.
                             
                                   
      "No todos podemos servir a la patria del mismo modo,
sino que cada cual hace lo mejor
que puede según las facultades que Dios le ha dado"
 ( Johann Wolfgang von Goethe)



     Ya tenemos en nuestras manos el tan ansiado trozo de papel con nuestro nombre y el título de bachiller. No penseís que es un simple cartón inanimado, sino el símbolo de nuestro esfuerzo, del de nuestros padres que rompiendo las entrañas de la tierra nos sustentaron, mientras los profesores como buenos ingenieros, trataron de nutrirnos la mente con conocimientos y edificar nuevos hombres para la Patria; esfuerzos de nuestros mismos compañeros, quienes nos dieron la mano amiga en los pasos difíciles; sobre todo cuando nos tocó encontrarnos en el largo camino con el negro túnel de la melancolía y de la desesperanza.

 
     Hoy cuando coronamos esta etapa, nos parece toda una proeza. Con el correr de los años veremos que es únicamente un escalón en nuestra vida, pero desde el cual nos preparamos para dar otro paso trascendental: el paso a la vida adulta. Tenemos ante nuestros ojos la hoja en blanco de nuestro porvenir. Las puertas de la "Universidad de la Vida" están abiertas de par en par para recibirnos, para que en sus aulas aprendamos a conocer y a emplear bien el maravilloso don de la existencia. Es un aprendizaje que nunca termina; no hay más textos que los acontecimientos y la experiencia; ni más exámenes que las dificultades; tampoco hay profesores licenciados, sino toda la gente que nos rodea. Por lo tanto supone un esfuerzo personal y constante para saber extraer de las personas, la sabiduría que tienen escondida.


     Son muy variadas las materias que componen esta carrera, a la cual todos los hombres tenemos el derecho de ingresar, con las cuales debemos ir ganando habilidades, experiencias y conocimientos que sumados, harán de nosotros unos hombres íntegros. Son materias abstractas, son virtudes que nosotros debemos encarnar: la honradez, la nobleza, el valor, la generosidad, el espíritu de trabajo, la rectitud, la amabilidad, la sencillez... Muchas de estas virtudes, aunque sea sus fundamentos, las hemos recibido por herencia o por educación, y nosotros con ellas hemos dado los primeros pasos. A partir de ahora es cuando nos toca practicarlas a fondo hasta llegar a alcanzar el máximo título que otorga la vida: el de "hombre justo".
 

                              

                           
                                          


                   







Templo el Sagrario (Barrio Sevilla, Medellín)


     Desde la antigüedad estas palabras (hombre justo), eran el compendio de todas las virtudes humanas. Hoy tienen una nueva dimensión más profunda aún, porque somos conscientes del anhelo vivo de justicia en el mundo. Ojalá muchos de nosotros tengamos la fortuna de poder estudiar la profesión que ansiamos; pero, si no lo logramos por cualquier circunstancia, sepamos que lo más importante no es la rama del saber que aprendimos o el oficio que desempeñamos, sino el ético ejercicio de cualquier profesión u oficio. No es la ciencia que acumulemos, sino la forma cómo lo hagamos; es decir, los hombres en que, desde un punto de vista ético, nos constituyamos.


     Dentro de algunos años, el destino de nuestra Patria estará en manos de hombres de nuestra generación. Solamente hombres formados integralmente, podrán hacer una Colombia grande, pues no es la técnica, sino la justicia vivida por seres libres, conscientes, la que ha de lograr y mantener la paz. Dios quiera que nosotros seamos de aquéllos. Pensad compañeros bachilleres que nosotros nos vamos a enfrentar de una vez a las dificultades. El calvario nuestro empieza ahora. Ciertamente vivimos en una sociedad de consumo y son muchos los avivatos que tratarán de absorbernos.


      También hay armas poderosísimas como la televisión, que tratan de construir y destruir el mundo con base en imágenes. No nos dejemos bombardear por la propaganda. Tenemos que ser torres de castillos y no veletas con las que juega el tiempo. En la misma forma en que la gota horada la piedra, igualmente las ideas repetidas con insistencia pueden hacer hueco despiadado en un cerebro, más que todo en la materia gris de los jóvenes. Y la propaganda no tiene inconveniente en cambiar las normas de conducta de cualquiera. Tengamos la confianza de brillar en todos los acontecimientos. Luchemos como verdaderos titanes y no perdamos el tiempo, pues el tiempo perdido busca su venganza.



                      
                  
                         Templo El Sagrario (Barrio Sevilla, Medellín).



     Imposible pasar este acto sin hacer público mi agradecimiento a las beneméritas hermanas franciscanas, quienes durante muchos años han sido mi más valioso apoyo en los momentos de incertidumbre y en los últimos cuatro han sabido influir notablemente en mi vida de hombre errante, habiendo conseguido mejorar mi trayectoria. Cuántas veces me vi afectado de caprichos o de malentendidos -rebeldía- y, sin embargo, tuve que vencerme, convertirme y redimirme ante una sugerencia matizada de dulzura -de delicadeza- de todas y cada una de las hermanas que interpretando fielmente a San Francisco de Asís, no me han considerado como un alumno más, sino como a un hermano que ha solicitado comprensión.


     De la mujer se ha hablado bien, pero la mayoría de las veces mal. Como es de difícil su misión... La mujer siempre ha inspirado el amor. No sin razón se ha dicho: "Los hombres somos lo que quieren las mujeres".


     Los minutos se escapan, los minutos se esfuman, se pierden... Ya tenemos que dar el adiós a esta amable casa donde por tanto tiempo recibimos el alimento intelectual; ciertamente vemos que nuestros ojos se surcan de lágrimas, pero el deber nos llama a rendir en el campo de labranza; ya nos toca salir a sembrar las inquietudes que nos han dejado. Puede ser que nos toque un destino monótono y sencillo, pero tenemos que realizarlo. Muchas veces nos sentiremos desanimados porque nos parece desvalorizado nuestro trabajo, tal vez no lo veamos lucir. No nos olvidemos que es una parte que, aunque pequeña e insignificante, es indispensable en la grandiosa empresa de transformar el mundo.


      Partamos que el barco ya va a zarpar, pero tenemos que partir desde el puerto amurallado de la unión; unidos con ese calor humano que saben producir los desprendimientos, hemos de continuar sin rendirnos en las noches oscuras de la dificultad, aceptando las derrotas cuando nos lleguen y aprovechándolas como valiosos tesoros que multiplican la sabiduría. No ambicionemos cartones, diplomas y mucho menos medallas; estos nada significan. Lo único que tendremos que presentar al Divino Artista, al final de la jornada, serán las manos encallecidas, frente limpia,  llena de arrugas y también de cicatrices.

Atentamente, José Roberto Giraldo Salazar [Roberto Zoco] 

Granada (Antioquia), 30 de noviembre de 1973.                                      

               

jueves, 28 de noviembre de 2013

Viejo retrato de matices sombríos (crónica)

 

Clemente Giraldo Jiménez. A partir de su testimonio se escribió parte del texto principal que sigue. Retrato del año 1900 aproximadamente. 


   

Nota introductoria del editor

 
 
     La crónica que les presento fue escrita por el granadino Domingo Castaño Giraldo en 1940, año dorado en la historia que conozco de Granada (Antioquia). En aquella época parece que Domingo finalizaba sus estudios como bachiller. Su texto comenzó a pintar un bello y ambicioso "cuadro" de la historia de su pueblo que, como él mismo lo dijo, quedó inconcluso . Sin embargo, aporta elementos muy importantes para el estudio de la historia de Granada, porque básicamente  Domingo se refirió a hechos de los que fue testigo, o repitió lo dicho por un protagonista tan importante de esa historia como lo fue el párroco Clemente Giraldo Jiménez, quien había fallecido en el año 1933.

     El texto de Castaño reafirma una hipótesis científica que posiblemente desarrollaré en un texto propio, y es la siguiente. En los años ´30 del siglo pasado, la iglesia católica antioqueña, presidida por el arzobispo Manuel José Caycedo (1851-1937),  tuvo fuertes vínculos con movimientos políticos de extrema derecha, hasta el punto de que en Colombia se habría confirmado el aserto de que el imperialismo alemán de Adolfo Hitler utilizó a la Iglesia para infiltrarse y ganar simpatías en América latina. En Granada (Antioquia), quedan aún vestigios materiales, espiritules y comportamentales de este vínculo, que fue apenas una continuación natural de la mentalidad colonial establecida por el imperio español.
  
     Para facilitar la comprensión del texto incluí entre corchetes [ ] el significado de algunas palabras antiguas (arcaísmos) o inusuales (jerga). Los vocablos de jerga y apodos los puse entre comillas (" ") para destacarlos. En algunos pasajes oscuros acudí a notas de pie de página numeradas de 1 a 10, buscando su aclaración. No hice cambios en el cuerpo del texto, excepto mejorar la distribución de los párrafos. Aunque las ampliaciones hechas pueden en algún momento desdibujar la belleza del texto original, lo cual no es agradable, puede omitirse la lectura de esas ampliaciones y aclaraciones una vez comprendido el significado de los términos y el contenido del texto. Atentamente el editor.



Título original: "Granada en los últimos diez años". Autor: Domingo Castaño Giraldo (1940)

 

Transcripción y edición: Luis Fernando Arredondo Gómez

 
 
 
     Era el año 1930 más o menos por esta misma época, el que estas líneas escribe, acababa de llegar de la ciudad fundada por Jiménez de Quesada [Bogotá] a donde había sido enviado hacia varios años a perfeccionar sus estudios secundarios. En fin, que el pueblo lo encontré donde mismo lo había dejado; pues no se había corrido ni un milímetro para atrás ni para adelante ni para los lados. Estaba situado en la misma hondonada, a la ribera derecha del riachuelo Vahos, hoy quebrada de Santa Bárbara [1], y circundado por las mismas lomas que desde el tiempo de los compadres están alfombradas de terciopelo verde, y que de vez en cuando aparecen con los lunares blancos de una que otra vaca orejinegra con su ternero, o cuando no, al lado de un potro alazán. En las huertas vecinas, aparte del yerbajo familiar con sus cutus-cutus, se veían algunos sembrados de hortalizas y legumbres; pues ya las "chocoleras" [cosechas de maíz] estaban cogidas y las que no estaban comidas, seguro estaban en trojes [graneros], colgadas de las vigas con la respectiva defensa de los ágiles  roedores.



     Las buenas gentes de mi tierra, todas me saludaban por mi nombre y yo apenas sí me acordaba de uno que otro nombre propio; pero a todos correspondía con igual saludo. Yo en realidad, estaba experimentando un cambio muy repentino; pues a la sazón que estaba en pleno romanticismo [enamorado], me sentía algo así como fuera de mí, ausente, sólo y nostálgico de las bullangueras capitalinas [muchachas de Bogotá], de los estudiantes inquietos y retozones [alegres y traviesos]; sin embargo tenia horas de solaz [descanso] y de contento al verme en medio de los míos... El padre Clemente ya nonagenario [con noventa años de edad], compartió conmigo la satisfacción familiar del retorno hogareño, comprendió también la nostalgia de los días idos y conversamos plácidamente de sus idas y regresos de otros tiempos, de la navegación por el alto y bajo Magdalena, de los caminos, de las gentes y de las cosas que ambos habíamos visto y oído en nuestros viajes... La vida de Granada en ese entonces, costumbres, usos y modas, niños, hombres y mujeres, eran sencillos y rústicos como los de una aldea de los Alpes en el siglo XVII bajo la tutela espiritual de un santo P.[padre o cura] Vianney [2] a quien personificó en un todo y por todo el P.[padre o cura] Clemente.



     La vida de Granada por aquel tiempo, en nada se diferenciaba de la de Santafé [Bogotá] en los días de la llamada Patria Boba [3] de nuestra historia : alimentos, viviendas, vestidos y usanzas, eran ni más ni menos que las cantadas por nuestro poeta regional [Gregorio Gutiérrez González] en su célebre  geórgica [obra literaria que trata de la agricultura] sobre el cultivo del maíz en Antioquia. Así se deslizaban las horas, los días y los meses en esta tierruca [lugar de nacimiento] de Dios. Expiraba el año de 1930 y la República toda se preparaba de una manera inusitada para rendir un homenaje de admiración y gratitud al Padre de la Patria [Simón Bolívar]; con motivo del primer centenario de su muerte. Granada no podía quedarse a la zaga en la conmemoración de este histórico [suceso] y fue menester movilizar todos los resortes de la buena voluntad a fin de celebrar algo decoroso y digno del héroe.

 
Simón Bolívar
 
   La estudiantina bulliciosa que en esos días de vacaciones hacia rochela [algarabía o escándalo  e importunaba la vida sosegada [tranquila] de nuestros pacíficos parroquianos, no quiso someterse a ver por mas tiempo los mismos "maquetrefes" [por contexto se refiere a mamarrachos u objetos ridículos]  de nuestra plaza publica, y en un momento de retozo [travesura] juvenil, todos a una, ávidos [deseosos] de cosas nuevas, optaron por "barrer y limpiar" [4] muy bien todo lo que afeaba y hería la vista de la plaza, contra el querer de casi todos los ancianos apegados siempre a lo viejo y tradicional. La demolición de lo único que adornaba nuestra plaza de mercado, fue un hecho [importante]: la famosa pila, dizque la obra del genial artista y cementador "Natilla", (q.e.p.d.), [fallecido] fue totalmente arrasada por las hordas estudiantiles de 1930.


      A los pocos días, lo que antes ocupaba el lugar de la famosa pila, fue tomando perfiles de parque en miniatura y luego tuvo pedestal, sobre el cual se coloco la carga Carvajal-caraqueña [se refiere al busto (escultura que va de la cabeza a mas abajo de los hombros) de Bolívar, hecho por la familia Carvajal de Medellín, el cual aun existe en la plaza principal de Granada], que primero estuvo en las espaldas de nuestros mas típicos braceros. Con el centenario [del fallecimiento] de Bolívar, ya nuestra vieja plaza tuvo parque [5], flores, pedestal y busto a donde todos los días por la tarde, concurrían nuestras damitas dizque a "cultivar" [provocar o seducir] primero, y después a charlar y mirar, coquetear y "levantar" [enamorar o conquistar]...A pesar de las flores y las muchachas en el parque, la vida de Granada todavía se deslizaba suave y tranquila como la de los montañeses alpinos [6]... Pero mientras aquí se yacía en el letargo [modorra o sueño muy pesado] soporífero [que obliga a dormir] y aparente de la [época] colonia[l], mas allá de nuestros lindes [linderos o fronteras] municipales, afortunadamente en el resurgimiento de una vida mejor y mas del siglo XX [siglo veinte] para los moradores ignaros [ignorantes] de esta tierra escondida.
 
 

"Plaza principal" de Granada tomada
de un ejemplar del Periódico Granada de 1940.
 Intrínsecamente indica que había mas "plazas" en el pueblito
y el carácter de éstas era preferentemente mercantil,
ubicadas posiblemente entre las distintas calles.
 
  
    
   Con tal motivo [7] se emprendieron los primeros ensayos de estudio de exploración y penetración de vías  Y he aquí que de pronto un día cualquiera de la mitad del mes de agosto de 1932, la población entera de Granada se sintió sobrecogida de espanto al ser saludada de improviso por un águila de acero que en estudio de una nueva ruta, hacia su recorrido desde la capital de la República [Bogotá]. Al paso majestuoso y solemne de la nave aérea, nuestros tímidos e ingenuos campechanos, salían precipitadamente de sus cabañas, creyendo que se trataba de cosas ultraterrenas; y a medida que el aparato se acercaba mas, sintiéndose por tanto mas fuerte el rasguido del aire, el temor de las gentes sobreexcedía [era mayor] a toda ponderación [a todo lo que se pudiera prever], hasta el punto de no haber faltado quien hubiera experimentado en su desequilibrada nerviosidad [miedo], los efectos materiales de los bombardeos alemanes: abrazos y besos de [Adolfo] Hitler o gripa brava y contagiosa...


     No haciendo caso de los estragos y dejando atrás las ruinas, la ruta quedo ensayada e inaugurada al mismo tiempo [8]... Pero hoy con solo la mirada escrutadora de los espectadores y la orden terminante a los gallinazos para que conserven su derecha, esos tales automotores alados, pasan muy serios fumando [cigarrillos marca] luki [Lucky Strike] o Kool y desprecian nuestros perfumes criollos e inocentes de salvia, chilca y sietecueros [9]... No le hace [no importa]... Pueda ser que no les hagamos falta algún día...




 

     Estamos ya en 1933. Este año nos trae dos acontecimientos notables que marcan época en la historia de nuestro pueblo, como los marco en Europa la entrada del siglo XV [siglo quince]. En medio de los anhelos y de la incertidumbre temerosa de que nos llegara la gran vía carreteable que había [habría] de ponernos en comunicación cómoda y directa con el resto del mundo, la hoz inexorable de la muerte, llego de la noche a la mañana y nos arrebato la mejor joya del pueblo: el padre Clemente desaparece de entre los vivos [10]... A su memoria descubramos y hagamos un silencio.


     Prosigamos: amanece un día claro en el horizonte, pero helado en todos los repliegues de la sierra, quizás por motivos de la estación. Es el 23 de diciembre del año referido [1933]. Las gentes alborozadas [alegres] rumoran y comentan que ese es el día señalado por el ingeniero constructor de la obra, para decirle a Granada que ya tiene carretera. Las gentes van y vienen. Unos aseguran y dicen que si es verdad; otros dicen que es imposible; los de mas allá niegan rotundamente y los de mas acá "vocilan" [vociferan o hablan con fuerza] y están perplejos [dudan o no saben que pensar]. Se acerca la tarde y la expectativa crece. Algunos no se aguantan y se van al tope [al encuentro] del vehículo. Son las cuatro de la tarde: Granada entera se estremece [tiembla, se conmueve] de jubilo al oír por vez primera el ruido y el pitazo prolongado del automotor... Chicos y grandes sin distinción de sexo y condición corren y gritan a convencerse de lo que hay. Efectivamente el olor de gasolina se ha sentido y no cabe la menor duda de que nos vamos a marear... Y desde aquella misma tarde, quedo definitivamente inaugurada la carretera para las bestias y los choferes y provisionalmente para los transeúntes... Desde entonces "chocolito" goza de un prestigio sin igual por su exactitud y seriedad en los carros de Granada; lo mismo que el "monolito" por su poco afán y mucha parada.
 

 


Carros que prestaban el servicio de transporte en Granada (Antioquia)
 por 1940. Foto en el mismo periódico local de la época.


     Y al pie de estos carros os dejo, amigos lectores, esta crónica inconclusa y aburridora, que como los caminos de hace diez años, conducían de Granada a Santuario; mas como ya es nueva la vía y muchas las cosas del centenario [9], reíd y montaos ahora.

Granada, diciembre de 1940.

DOMCA [Domingo Castaño Giraldo].



[Crónica tomada de un ejemplar del periódico Granada de 22 de diciembre de 1940, página 12]


Notas del editor:




[1] Parece que el cambio del nombre del riachuelo mencionado hubiera sido después del año 1930 y antes de 1940. Según Luis Mario Gómez Aristizábal ("negro"), en el articulo "Cronología de Granada desde 1900" [Revista Granada numero 127, de enero de 2007, pagina 9], el Concejo municipal de Granada decidió cambiar el nombre de las calles de esta población con motivo del centenario de la muerte de Simón Bolívar.


[2] Dice Wikipedia en español: "Juan Bautista María Vianney (* Dardilly, 8 de mayo de 1786 – † Ars-sur-Formans, 4 de agosto de 1859, Francia), conocido como el Santo Cura de Ars, fue un presbítero francés proclamado patrono de los sacerdotes católicos, especialmente de los que tienen cura de almas (párrocos). Su humildad, su predicación, su discernimiento y saber espontáneos, y su capacidad para generar el arrepentimiento de los penitentes por los males cometidos fueron proverbiales. Administrador del sacramento de la penitencia durante cuatro décadas a razón de más de diez horas diarias, llegó a hacerlo entre dieciséis y dieciocho horas por día durante trece años, desde 1830 hasta que enfermó en 1843. Se lo considera uno de los grandes confesores de todos los tiempos."


[3] Se denomina "patria boba" al intento independentista de gobierno por parte de los criollos y en contra de los españoles que va de los años 1810 a 1816. Este proyecto libertario fracasó por las pugnas (peleas) entre los criollos. Comparar al municipio de  Granada (Antioquia) de 1930 con la Santafé de Bogotá de 1810, capital del Virreinato de la Nueva Granada, no solo es exagerado sino mentiroso, comenzando por las diferencia entre las idiosincrasias antioqueña y bogotana, entre una inmensa sabana y una pequeñísima hondanada, y un largo etcétera. Sin embargo, una similitud relativamente acertada que incluiría "solapadamente" el autor, sería la de que también en Granada, como en la "patria boba", las divisiones internas -la guerra entre camarillas- y la falta de un liderazgo nítido  impide el progreso del pueblo.



[4] Forma cínica o sencilla de referirse a un despliegue de autoritarismo de corte fascista. El entrecomillado es mío, pero esta dictado por el texto, como en otros casos.

 

Entre el círculo amarillo, Domingo Castaño de niño;
entre el circulo azul, Clemente Giraldo. Izq-der-arriba:
Román Castaño Ochoa junto a su esposa Luisa Giraldo
(sobrina del cura Clemente), con sus hijos: Francisco Luis.
Izq-der-abajo: Domingo, Benjamín, Pablo Enrique, Pastor
y Carlos Román Castaño Giraldo.
(Retrato facilitado por Luis Mario Gómez Aristizábal, "negro".)




[5] De aquí se infiere que en Granada la plaza fue desde siempre y ante todo centro comercial y no lugar de esparcimiento. Esta configuración se perfeccionó con el nacimiento de la más que centenaria "Feria de Ganado".


[6] Plantea similitudes entre los granadinos y los campesinos europeos, idea que pervivió mucho tiempo y determinó la conducta de aquéllos colombianos en su pueblo y en otras regiones. Configuró o reforzó, además, cierta autodenominación granadina que es muy cercana al concepto nazi de "raza superior" o al concepto judío de "pueblo elegido", que pueden ser vistos como la cara y el sello de una misma moneda. 


[7] Hace un elogio velado del modernismo que por aquellos años promovió el gobierno liberal del presidente Enrique Olaya Herrera (1930-1934) quien terminó con el período de 45 años ininterrumpidos de gobierno conservador (la denominada "hegemonía conservadora") y quien tuvo por consejero personal al Duce (líder militar y fascista) italiano,  Benito Mussolini, esto último lo afirmó por la época el filósofo envigadeño Fernando González en su revista Antioquia.


[8] Se plantea que aquel vuelo de un avión (seguramente de la compañía alemana Scadta, la primera aerolínea que prestó sus servicios en Colombia), evidenció el estudio y principio de aplicación de unos planes de "modernización" cuyo origen debe estudiarse, en los que fue contenido el municipio de Granada.
 


[9] Parece indicar el autor que estas plantas eran utilizadas tradicionalmente en Granada como sustitutos del tabaco.



[10] Definitivamente la comunicación de Granada por carretera y la muerte del párroco Clemente Giraldo, ocurridas con mucha cercanía en el tiempo, debían haber implicado un cambio de época y de rumbo en la historia granadina, sin embargo, parece que los lideres eclesiásticos y políticos del pueblo tomaron todas las medidas necesarias para mantener al municipio de Granada sumergido en el letargo y en el atraso a que se refiere Domingo Castaño Giraldo en 1940.

 
                          Mercado en la plaza principal de Granada a principio de los años noventa.

[11] Aquí se refiere ya a la gran cantidad de obras publicas que se inauguraron en Granada con motivo de los cien años del nacimiento del padre Clemente Giraldo. Este había nacido el 23 de noviembre de 1840 en el municipio vecino de El Santuario (Antioquia). El presupuesto asignado a Granada para el año de 1940 estaba entre los 5 mil y los 9 mil pesos, pero había sido embargado, razón por la cual el municipio no pudo disponer de un solo peso proveniente de las rentas del departamento o de la nación. Se ignora desde cuando operaba el embargo por una mala inversión en el proyectado tranvía de oriente, sin embargo se estimo que el valor de las construcciones inauguradas en el municipio dicho año, sin contar con el valor del templo parroquial, eran "cercanas" a los 60 mil pesos. Pudieron tal vez llegar al triple de este valor, es decir,  entre 20 y 30 veces la cuantía del presupuesto del municipio. De donde salió el dinero?  De los comerciantes granadinos? Permítanme dudarlo. Multipliquemos por 20 el presupuesto actual y pensemos si los granadinos con sus aportes pueden igualar esa cantidad. Permítanme dudarlo.
 
 
FIN


 
 

 

 
                              

jueves, 7 de noviembre de 2013

Las denuncias de Roberto Zoco (carta pública)


Carta abierta al público

Autor: Roberto Zoco

Transcripción y edición: Luis Fernando Arredondo Gómez

 


Granada, 16 de diciembre de 2012

Hermana
María Antonia Ossa Soto
Medellín

     Desde la ternura que me inspira el pesebre y un poco sorprendido porque le excluyeron los animales [así lo interpretó don Zoco de alguna manifestación del Papa Benedicto XVI. Nota del editor], me dirijo a usted y demás cuadros directivos de esa congregación franciscana deseándoles una feliz navidad, un año bueno y lleno de visión ecológica como el padre Francisco de Asís proclamaba.

"La tierra no pertenece al hombre, el hombre pertenece a la tierra" (Jeff Seattle).

"La tierra es suficiente para todos, pero no para la voracidad de los consumidores. Hay suficiente en el mundo para cubrir las necesidades de todos los hombres, pero no para satisfacer su codicia." (Mahatma Gandhi).

"Produce inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no escucha." (Victor Hugo).

"Sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana, pero no estoy muy seguro de la primera. De la segunda puedes observar como nos destruimos sólo por demostrar quién puede más." (Albert Einstein).
 
 

     Estoy en mora, hermana Mari, de darle los agradecimientos muy sentidos por haber venido con su séquito a suspender el trabajo radial que se hacía a través del programa radial Huellas, que se transmitía los domingo de ocho y media  de la mañana a nueve. Entienda que toda institución necesita un control social y usted ha perturbado el derecho a la información y a la libre expresión, que se contempla en el articulo 20 de la Constitución Política de Colombia.
 

     Hermana Mari, usted debe conocer los linderos de las tierras encomendadas a sus cuidados. No corra estacones que eso la puede enredar. Lo suyo es lo de la congregación. Granada y sus medios de comunicación van por fuera del control de las franciscanas. No crean a los granadinos como un puñado de bobos. Los granadinos ya estamos globalizados. A ustedes no les ha dado la gana de contestarnos nuestras peticiones.
 

     La carta enviada y respaldada por sesenta y cinco firmas de las juntas de acción comunal, la archivaron. Sé de sobra que ustedes son muy aliadas de abogados, ingenieros y notarios de bolsillo. Los abogados son los árbitros de los poderosos. Los ingenieros son los sepultureros de la historia. Los notarios son los despojadores de los bienes de los pobres.  Nosotros somos los campesinos, victimas del conflicto armado; somos los campesinos victimas, en la actualidad ,de los desarmados, de los "vivos". Nosotros que tratamos de rescatar de los escombros lo poco que queda. 
 
 
 
 
     Hay un camino más amplio: las Redes Sociales. No he querido en estos dos años saltar jerarquías; me veo obligado a buscar otras salidas debido a su intransigencia. Tengo el correo electrónico de Misereor [entidad alemana católica que ha respaldado económicamente a dicha comunidad religiosa. Nota del editor], para contar a los obispos alemanes lo sucedido. No quiero perjudicar a nadie, pero la herencia de la madre Olivia Osl no nos la arrebataran. Ya tengo personas encargadas en Medellín y en Granada de recoger firmas para enviar el correo abierto. En el lenguaje arrieril, ustedes han sido capaces de "sacarme de los aparejos"  [ Es decir, lo sacaron de su lugar. Nota del editor]. !Gracias a Dios, puedo disfrutar de la libertad del viento que también tienen las aves de alto vuelo!
 

     Quienes conocemos la historia valoramos en su momento todos los esfuerzos que las "hermanas mayores" [las alemanas] hicieron por la comunidad de Granada, pues trabajaron siempre en función de comunidad. Mucho se les debe a las hermanas europeas. Sin embargo, no se oyó decir que el colegio parroquial, fundado y construido por el padre Polito [Policarpo María Gómez Salazar] hubiera entregado la propiedad sobre este bien a las monjas, por el hecho de haberles encomendado la dirección  de la sección femenina del colegio en 1940.
 

     Justo en la década de los años sesenta, el párroco Pedro Antonio Gómez, solicitó a las hermanas la entrega del solar donde hoy está el salón parroquial y entonces ocurrió que las hermanas lo presionaron para que les hiciera las escrituras del colegio. El padre Pedro accedió y la parroquia perdió el colegio. Existía una puerta de comunicación con el colegio y el templo parroquial por la sacristía, y desde ese entonces el párroco selló esa entrada. Años mas tarde las hermanas también vendieron el patio de recreo de la escuela de niñas y  fue urbanizado.
 
 
 
 
     Durante estos años en que Granada fue azotada por el conflicto armado, a las hermanas les dio por cambiar los estatutos que regulan su actividad misional y hoy estamos perdiendo del todo una fundación social que mucho bien hizo a esta comunidad granadina. No es posible que las hermanas franciscanas, a quienes el pueblo les dio y se les dio más, nos despojen de una obra que los obispos alemanes financiaron con un objetivo muy claro, cual fue la educación de las niñas del campo.

     En la historia eclesiástica de este pueblo no se había registrado noticia de que religiosos o religiosas, por ejemplo el padre Clemente Giraldo (1840 - 1933) o el padre Polito (18??- 1958), hubieran reclamado algo para ellos de cuanto esfuerzo hicieron por esta comunidad. Quienes asistimos a la construcción, organización y posterior inauguración del Hogar Divina Providencia, hoy llamado Hogar Niña Maria, podemos decir que todo el pueblo, campesinos como estudiantes, cargamos mucha piedra para las bases de la edificación, y el dinero gastado  en la obra fue producto de un proyecto aprobado a la madre Olivia Osl, por parte de los obispos alemanes.

      No podemos aceptar que hoy seamos víctimas, como muchos otros colombianos que han sido desplazados y despojados de los bienes que antes les pertenecieron. Ojalá sean conscientes, apreciadas hermanas franciscanas, y consideren que si nosotros los granadinos reclamamos nuestros derechos, no es esto producto de malos entendidos; hoy Granada, como todos los pueblos en formación, estamos listos a defender nuestro patrimonio. Igual que toda la región del oriente antioqueño fuimos bastante golpeados por la guerra, esperamos nos escuchen quienes tienen poder y recuerden que el poder es algo transitorio.
 

Atentamente, José Roberto Giraldo Salazar

 
 
 

Postdata: !Ojo con estos adagios!:  

Entre bueyes no hay cornadas.

 

A mula regalada no se le mira el diente. 

Entre bomberos no se pisan las mangueras. 
"!Oh maldito metal, vil ramera de los hombres!". 
Mente desocupada es taller del diablo.
 
 "Los religiosos no debemos librar batallas espirituales. Mejor busquemos un buen director espiritual que nos enseñe el camino del alma, que nos haga bajar del pedestal del orgullo, de esa nube tan alta que nos hace altaneros. Más bonito es el trabajo de las hormigas. !Que organización!. Dios es el juez supremo y ve todo, todas las acciones serán juzgadas al final; prepárense que al final, en la tarde de la vida, seremos juzgados en el amor" (San Juan de la Cruz)